Por todos lados hay quejosos, o amargados, que opinan que no hay nada que festejar en este "Bicentenario" y escriben su lista de quejas y defectos de nuestro país.
¡Yo no estoy de acuerdo!
Imaginen cuando yo cumpla 200 años, seguramente tendré un montón de defectos, como los tengo ahora, y tendré mucho que mejorar, como lo tengo ahora, pero ojalá que mis hijos, nietos, bisnietos y tataranietos quieran hacer fiesta para festejar ¡que existo! para decirme que me quieren, que están mejor conmigo que sin mi, que me aceptan como soy y que me van a ayudar a seguir superándome, ¿verdad que todos quisiéramos lo mismo?
Pues México, nuestra Madre Patria, existe, los mexicanos existimos, y somos únicos, originales, divertidos, argüenderos, dicharacheros, ocurrentes, pachangueros, creativos, serviciales, caritativos, guapos (jeje, chequen a Miss Universo), solidarios, emotivos... y muchas cosas más que yo estoy convencida que vale la pena celebrar.
Ese afán de ver siempre sólo lo malo, lo feo, lo oscuro... o como se dice ahora elegantemente "las áreas de oportunidad", es espantoso, como de buitres, rondando a ver a qué hora la tatarabuela estira la pata.
Festejemos estos 200 años de existencia, es un gran motivo para alegrarnos de nuestra identidad, sea la que sea, pero es NUESTRA y la hemos conformado nosotros, somos mexicanos: ¡VIVA MEXICO!
miércoles, 8 de septiembre de 2010
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