jueves, 28 de abril de 2011

El suicidio de la amiga


Se murió. Después de llevar cierto tiempo luchando contra la depresión, un día, sin decir ni escribir nada, se tiró de un puente poniendo fin a todo. Pero eso creía ella, pues no puso fin a nada mas que a su vida, todos los demás, todo lo demás, seguimos aquí, existiendo, sufriendo, llorando.

Los que quedamos volteamos a todos lados buscando las causas, como ante un asesinato se busca al homicida. Creemos que esta búsqueda nos va a dar consuelo, pero no lo da. Son momentos en que la razón parece estar totalmente desconectada del corazón, del dolor, del desconsuelo.

¿Se decide suicidarse? Yo pienso que muy pocas veces. Parece una decisión y hay quienes afirman que es la más valiente de todas, pero alrededor de un suicida están las enfermedades, los factores, las fuerzas, las cadenas que lo orillaron a ello... entonces no es realmente una decisión voluntaria y libre.

Prefiero verlo como un accidente: algo pasó (en su interior) que le quitó la vida. Ahora lloraremos, viviremos el duelo, buscaremos el consuelo y trataremos de no perder la esperanza. Por respeto y en honor a ella valoraremos la vida, en la forma como a cada uno nos toca.

A nosotros nos corresponde vivir, seguir viviendo.

(Con cariño para Rocío)