sábado, 14 de agosto de 2010

La palabra insomne

4:43 am calor, mucho calor que me despierta, como pasa todas las noches, ya sé que en breve me volveré a dormir, pero no, no esta vez, una idea insistente aparece en mi cabeza: ¿cómo se llamaba? ¿cómo le decían? ¿cómo me dijeron que se llamaba?

Hace casi un año conocí ese término pedagógico pues mi formación en esa disciplina nunca lo abarcó, ya saben, diferentes corrientes teóricas.

En esa época me pidieron que realizara uno, de Didáctica. El encargo era hacer un programa de estudios detalladamente desglosado, sesión por sesión, delimitando objetivos, contenidos, actividades de aprendizaje y evaluación. Debía incluir también recursos didácticos. ¿Pero cómo se llamaba?

En aquél entonces me rebelaba contra ese encargo laboral, como maestra jamás aceptaría una "camisa de fuerza" tan rígida para impartir una materia, además era para nivel licenciatura lo que me parecía más criminal aún.

Pero lo hice, un contrato y un sueldo fueron los motores para impulsarme a hacer ese trabajo, ¿cómo se llamaba? ya son las 5:55 y no recuerdo la palabra, sólo sé que era en latín.

¿Por qué hay tantas palabras técnicas en latín? no es que me moleste, pero me intriga, por ejemplo "curriculum" que al usarla en plural y demostrar tu cultura debes decir "curricula", lo que seguramente provoca que tu interlocutor te vea con cara de "uf, ¡qué pesado!" Caray, son las 6:38 y no me puedo acordar cómo se llamaba, ¿qué me pasa? ¿tengo cabeza de chorlito? ¿y así pretendo dedicarme a la docencia?

Si, yo estoy segura de que soy buena maestra, no sólo de que me encanta dar clases sino de que no lo hago mal, además uno como profesor no suele tocar temas que lo van a llevar al hoyo negro de la desmemoria, así que no hay muchos riesgos de quedarme en blanco a media clase con esta memoria selectiva que de repente me traiciona, como ahorita que son las 7:14 y no me acuerdo de ese término pedagógico en latín que empezaba con la letra.... ¿con qué letra? caray ni de eso estoy segura.

Piiiii, piiii, piiii ¡claro, el despertador! y la palabra insomne: nada, no llega.

Arranqué el día, desayune, fui y vine y entonces, de la nada: SYLABUS!, mugre palabra, ¡qué mala noche me hiciste pasar!

jueves, 12 de agosto de 2010

Evangelistas

¡Qué razón tenía Aristóteles con eso de que "todos los hombres desean saber"! Bueno, el filósofo tenía razón en casi todo lo que decía y escribía. Pero en este caso, respecto al saber, estoy feliz por lo que aprendí hoy.
Desde hace tiempo sabía que los cuatro evangelistas tienen su símbolo específico: el hombre alado, el león, el toro y el águila, para Mateo, Marcos, Lucas y Juan respectivamente.

Lo que no tenía idea es que esta simbología se les adjudicó después de que ya se utilizaba para representar a Jesucristo en el inicio de la Edad Media.

Algunos de los significados de estos símbolos son: Jesucristo se plasmaba como HOMBRE ALADO pues por su encarnación se hizo como nosotros, pero sin disminuír su esencia divina. Como león por el carácter divino que desde antiguo se le dio a este majestuoso animal. Como toro por ser desde siempre símbolo de fuerza. Como águila por ser el único animal que puede ver al sol sin quemarse los ojos, porque se creía que pasaba por una especie de resurrección al sumergirse en el agua.

Después, para plasmar a los evangelistas, se les "repartieron" estos símbolos, pues ellos no se representan a sí mismos en sus escritos, sino a Jesús mismo.

¡Me encantó aprender esto!